Clientelismo enraizado: La Tragedia del Hospital Materno Infantil de Soledad

El Hospital Materno Infantil Ciudadela Metropolitana de Soledad, uno de los centros asistenciales más importantes del Atlántico, se ha convertido en un escenario donde el clientelismo político parece haber echado raíces profundas. Según los registros de la plataforma del Secop II, este hospital ha celebrado un total de 2,801 contratos en lo que va del año, de los cuales 2,750 corresponden a órdenes de prestación de servicios, muchas de ellas con una duración de tan solo un mes.

Contrataciones Temporales: Un Mecanismo de Control

Estas órdenes de prestación de servicios, que oscilan entre $1.550.000 y $6.500.000 pesos, abarcan desde el servicio médico hasta la parte administrativa. Sin embargo, lo que debería ser un proceso de contratación regular para garantizar la continuidad en la prestación del servicio de salud, se ha convertido en un mecanismo de control que somete a los trabajadores a la incertidumbre mensual de si serán o no renovados.

Cada mes, los cientos de servidores del hospital deben recopilar nuevamente toda la documentación requerida por la normatividad para adelantar el papeleo de sus contratos, pagar las pólizas y tasas correspondientes, y esperar la aprobación de un nuevo contrato. Esta práctica no solo es ineficiente, sino que además pone en peligro la calidad del servicio que se presta a los usuarios, quienes se ven afectados por la constante rotación y la falta de estabilidad en el personal.

Un presupuesto desviado: La sombra de la Corrupción

Para la vigencia fiscal de 2024, el presupuesto del Materno Infantil asciende a $53.487 millones de pesos, de los cuales 9.307 millones están destinados al pago del personal de planta, y más de $19.000 millones se asignan al pago de bienes y servicios, incluyendo a los contratistas. Este presupuesto, que debería ser utilizado para garantizar una atención de calidad a miles de habitantes de Soledad, parece estar siendo desviado para satisfacer intereses políticos y clientelistas.

La Mano de Pulgar: Un centro asistencial bajo el control del poder político

La respuesta a esta situación parece ser la misma de siempre: el clientelismo político. Y en este caso, todo apunta al condenado exsenador Eduardo Pulgar, quien ya ha sido acusado en el pasado de manejar el Materno Infantil con fines políticos. Antes de su condena, en Soledad se rumoraba que este hospital era un foco de corrupción bajo el control de Pulgar, quien utilizaba su influencia para desviar recursos y asegurar contratos a su favor.

El clientelismo como forma de Corrupción

El clientelismo, definido como un intercambio de favores entre grupos de poder y sus seguidores a cambio de apoyo electoral, es una de las formas más perniciosas de corrupción. Este sistema, que pervierte la función pública al ponerla al servicio de intereses privados, es común en muchas instituciones del país, y el Materno Infantil de Soledad no es la excepción.

Según estudios de la Universidad Externado de Colombia, el clientelismo está estrechamente vinculado a la burocracia, donde los cargos son ocupados por personas leales a los políticos en el poder, en lugar de ser asignados por mérito. Este sistema no solo afecta la administración pública, sino que también perpetúa la desigualdad y la exclusión social al negar oportunidades a aquellos que no forman parte de la red clientelista.

Investigaciones que No avanzan: Un sistema judicial paralizado

A pesar de las denuncias y los rumores, la Fiscalía General de la Nación no ha avanzado en las investigaciones sobre la contratación estatal en el Materno Infantil. Desde 2021, cuando se presentaron las primeras denuncias en el Concejo de Soledad, no se ha registrado ningún avance significativo, lo que refuerza la percepción de impunidad y corrupción en el sistema judicial.

El actual director del Departamento Administrativo de la Función Pública, César Manrique, ha señalado que los contratos de prestación de servicios son instrumentos clientelistas que distorsionan la democracia y fomentan conductas delictivas. Sin embargo, a pesar de estas advertencias, el sistema sigue operando sin cambios, permitiendo que el clientelismo siga controlando las instituciones públicas.

Conclusión: Un Llamado a la Acción

La situación del Hospital Materno Infantil de Soledad es un reflejo de cómo el clientelismo sigue operando en las instituciones públicas de Colombia, desviando recursos que deberían ser utilizados para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Es urgente que las autoridades tomen medidas para garantizar la transparencia y la rendición de cuentas en la contratación pública, y que los responsables de estas prácticas corruptas sean llevados ante la justicia.

El clientelismo no solo afecta a los empleados del hospital, sino también a miles de habitantes de Soledad que dependen de este centro asistencial para recibir atención médica. Es hora de que la sociedad civil y los medios de comunicación se unan para exigir un cambio real y poner fin a la corrupción que sigue carcomiendo las instituciones del país.


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