Todos los colombianos que le apuestan al “cambio”, al verdadero cambio del paradigma de la gestión pública, esperábamos que el presidente Gustavo Petro propusiera un candidato a procurador general con las más altas calidades, sin manchas polítiqueras en su alma y que su vida y obra infundiera respeto en el ámbito de la Justicia. Pero, como dicen en la costa Caribe, el presidene salió con un “flaycito” al catcher, un estupendo símil extraído del béisbol para describir la decepción que causa un bateador, del cual se espera que por lo menos conecte un hit imparable o un jonrón (home run), pero termina apenas pellizcando la pelota, que se eleva suave al aire y el chatcher la atrapa sin problemas, lo que significa el final abrupto del turno del bateador.

El presidente Petro salió a batear con un candidato de la estirpe de la vieja política marrullera, depredadora, que nada tiene que ver con el “cambió” que pregona su gobierno y por el cual más de medio país apostó en las elecciones presidenciales pasadas. Su ficha para ocupar el primer cargo de la Procuraduría General de la Nación es Gregorio Eljach, quien lleva más de 12 años en la secretaría del Senado de la República.

En 2022, el hoy director de la UNGRD, Carlos Carrillo, uno de los funcionarios anticorrupción más destacados en este gobierno, cuestionó la permanencia de Eljach como secretario del Senado: “Dizque no hay estabilidad laboral en Colombia, vean a Gregorio Eljach, literalmente puede hacer lo que le dé la gana con el Senado y ahí sigue. ¡Increíble que dejen a ese personaje! ¿Tantos secretos les tiene?”.

Si bien Eljach no ha sido, precisamente, cercano al Gobierno, su nombre fue escogido por el presidente Petro para integrar la terna a la Procuraduría y se espera que este jueves se notifique oficialmente su elección. Según fuentes cercanas a la elección, Eljach era la única alternativa que tenía Petro para poder tener una oportunidad real de ganar el pulso.

El secretario del Senado estaría evaluando si renunciar o pedir una licencia no remunerada para poder competir contra Luis Felipe Henao y Germán Varón Cotrino sin el riesgo de que se recuse su participación por su cercanía con esta cámara.

¿Por qué se necesita un candidato acorde con el cambio de paradigma en la gestión pública?

El cambio de paradigma en la gestión pública se refiere a una transformación significativa en los enfoques, valores, principios y prácticas que guían cómo se administra el sector público. A lo largo del tiempo, la gestión pública ha experimentado varios cambios de paradigma, impulsados por la evolución de las sociedades, la tecnología y las demandas ciudadanas. Cuando se habla de un “verdadero cambio de paradigma”, se hace referencia a un cambio profundo que altera la forma en que se percibe el rol del Estado, los funcionarios y los ciudadanos en la gestión de los asuntos públicos.

Algunos de los elementos claves que suelen marcar un verdadero cambio de paradigma en la gestión pública incluyen:

  1. Enfoque en resultados y eficiencia: En lugar de centrarse solo en los procesos y en el cumplimiento normativo, el nuevo paradigma busca que las administraciones públicas se orienten hacia la obtención de resultados concretos, midiendo su impacto en la sociedad.
  2. Transparencia y rendición de cuentas: El nuevo paradigma exige un nivel más alto de transparencia y una rendición de cuentas activa, lo que implica que los gobiernos deben informar con claridad sobre sus decisiones y acciones, y que los ciudadanos puedan participar más activamente en el seguimiento de las políticas.
  3. Participación ciudadana y co-creación: Mientras que los modelos antiguos de gestión pública solían ser más jerárquicos y centralizados, el cambio de paradigma incluye un papel más activo para la ciudadanía en la toma de decisiones, a través de mecanismos como la participación directa, consultas públicas y plataformas digitales.
  4. Digitalización y gobierno abierto: Las nuevas tecnologías y la disponibilidad de datos han permitido que la gestión pública evolucione hacia modelos más abiertos, con procesos digitales que permiten el acceso a la información pública, la automatización de procesos y una interacción más directa con la ciudadanía.
  5. Colaboración intersectorial: El nuevo paradigma rompe con la rigidez burocrática tradicional e impulsa la colaboración entre diferentes sectores (público, privado y sociedad civil) para abordar problemas complejos. La gestión pública se convierte en un esfuerzo compartido entre múltiples actores.
  6. Ética y enfoque en el servicio público: El nuevo paradigma también enfatiza los valores éticos y la necesidad de que los funcionarios públicos actúen con integridad, siempre con un enfoque en el bien común y en el servicio a los ciudadanos.

Este cambio no ocurre de manera uniforme en todos los países ni sectores, pero cuando se habla de un “verdadero cambio de paradigma” en la gestión pública, se refiere a una transición profunda hacia una administración pública más moderna, eficaz, inclusiva y centrada en el ciudadano.

Gregorio Eljach no representa para nada este cambio de paradigma, no tiene siquiera una acción anticorrupción que pueda mostrar, su cerebro no es amigo del “cambio”.

Publicidad ver mapa

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.