Camilo Humberto Tarquino Gallego, expresidente de la Corte Suprema de Justicia (2011), representa una de las mayores traiciones a la ética judicial en la historia de Colombia. Condenado a 6 años de prisión por concusión, este abogado ibaguereño con múltiples especializaciones nacionales e internacionales aprovechó su posición en la cúspide del poder judicial para solicitar 20.000 millones de pesos al entonces gobernador de Córdoba, Alejandro Lyons Muskus, a cambio de interferir en las investigaciones del Cartel de la Hemofilia. Entre septiembre y octubre de 2014, en un apartamento del norte de Bogotá, Tarquino le ofreció «persuadir» a fiscales y funcionarios judiciales para beneficiar al político investigado por el desfalco de 87.000 millones de pesos. Pieza clave del infame «Cartel de la Toga» junto a otros expresidentes de la Corte como Francisco Ricaurte y Leonidas Bustos, Tarquino demostró que para algunos magistrados la justicia no es un principio sino una mercancía, convirtiendo su toga en símbolo no de imparcialidad sino de impunidad.
