Antonio Guerra de la Espriella, exsenador de Cambio Radical, ha ganado su lugar en la Galería de Corruptos de Colombia por su papel fundamental en el escándalo Odebrecht. Condenado a 11 años y 5 meses de prisión, Guerra aprovechó su investidura para realizar «gestiones ilegales» que favorecieron a la multinacional brasileña en la obtención de contratos de estabilidad jurídica. La Corte Suprema probó que recibió sobornos que incrementaron injustificadamente su patrimonio, formando parte de una sofisticada red donde intermediarios como Otto Bula y «articuladores» como Bernardo Elías Vidal coordinaban el pago de coimas. Además de la pena privativa de libertad, deberá pagar una multa de $1.175 millones y enfrentar una inhabilidad de más de 10 años para ejercer cargos públicos, convirtiéndose en símbolo de cómo los políticos colombianos han vendido el interés público al mejor postor.
