Dos verdaderos “capos” dentro de las oficinas de comunicaciones de la Alcaldía Distrital de Barranquilla y la Gobernación del Atlántico, están bajo la lupa de investigadores, señalados por -presuntamente- haber amasado enormes fortunas, por medio de contratos preñados de fraudes, empresas de papel, firmados a nombre de terceros, y con trapisondas fraudulentas.
Investigadores de agencias civiles, ciudadanos del común y la veeduría periodística Veeper, dicen haber perdido la capacidad de asombro ante el monto del dinero que puede estar ahora en las cuentas de Ricardo Villa Pérez -hoy secretario de la oficina de comunicaciones de la Alcaldía Distrital de Barranquilla- y Aldair Molina Mendoza, gerente de la Cooperativa de Trabajo Asociado de Comunicadores Sociales de la Costa Atlántica, Coopercom, actuando en contra el abultado presupuesto de la oficina de comunicaciones. Entre Coopercom y la alcaldía de Barranquilla, se cruzaron múltiples contratos que serían la fuente de este mencionado fraude.
Un miembro de la Veeduría periodística Veeper, dijo que hay personas comisionadas para recaudar documentos, testimonios y pruebas para instaurar la correspondiente denuncia penal.
En reunión con comunicadores, un delegado de Veeper dijo:
–Por recomendación de nuestros abogados esa denuncia será presentada en la Fiscalía, pero cuando se ejecute el cambio del fiscal general. Todos sabemos que esta discutida fiscal general Martha Mancera, y el anterior fiscal Francisco Barbosa han sido -por siempre- aliados de la familia Char y no representan garantías para que la investigación que estamos solicitando llegue a buen término. Nos estamos bañando de paciencia
.
Un periodista independiente –quien solicita anonimato para protegerse de represalias económicas de quienes manejan los fondos de la oficina de comunicaciones– dijo que es incalculable estimar el monto del dinero que pueden haber defraudado:
–Las administraciones del clan Char no escatiman esfuerzos para “invertir” en procesos de construcción de imagen de sus candidatos y menos, si es de apellido Char. Esa es la razón por la que los alcaldes y gobernadores del clan Char siempre “aparecen” como los más “aceptados”, en encuestas amañadas que también son canceladas con dineros del erario público. Lo que hacen es poner a su servicio personal el dinero de los barranquilleros. Son decenas de miles de millones de pesos que se derraman en publicidad, pagos de sobornos para silenciar voces opositoras, pago de programas especiales y hasta el pago por notas positivas a periodistas del orden nacional. Todos saben que a nivel nacional muchos periodistas tienen convenios bajo cuerda con las oficinas de comunicaciones- dijo el comunicador
.
Las indagaciones de periodistas, veedores sociales y Veeper, determinan que -para la vigencia del 2023- el Concejo Distrital autorizó un presupuesto de $6.678.730.973 de pesos para la secretaría de Comunicaciones. Este presupuesto –muy flaco para las enormes aspiraciones publicitarias de la administración– fue debidamente sustentado por Alberto Martínez Monterrosa –entonces secretario de esa– en el llamado Informe Ejecutivo de Gestión enero-septiembre 2023.
Eso –hasta ahí– normal.
El salto de canguro de Ricardo Villa
Lo que, si llama la atención, es que, un grupo de periodistas indignados por el trato indecoroso recibido en la repartija de las pautas publicitarias –generoso para quienes aplauden a la administración y severo para quienes preguntan sin mordazas en las ruedas de prensa– y además, por el oneroso estilo de vida de Ricardo Villa Pérez y algunos de los administradores de la Oficina de Comunicaciones. Ese colectivo de periodistas impetró un derecho de petición el 18 de octubre del 2023, en el que preguntó:
«Sírvase informar el monto del presupuesto para la Oficina de Comunicaciones y la Ejecución de ese presupuesto en el 2023
»
El oficio fue respondido –solo– sobre uno de los contratos. Ese contrato firmado con Coopercom en enero del 2023, fue por el orden de los $4.000.000.000 (cuatro mil millones de pesos) y, en octubre de ese año, sólo se habían ejecutado $2.674.540.527.49. Del resto del dinero, $1.326 millones de pesos, nadie ha entregado cuentas.
Obsérvese que esta suma es diferente a la que reportó Alberto Martínez Monterrosa en su informe de fin de año del 2023.
En respuesta a otro derecho de petición -instaurado el 28 de septiembre del 2023- el Juzgado Séptimo Penal del circuito con funciones de conocimiento, ordena a la alcaldía Distrital:
«Sírvase certificar el presupuesto asignado para el plan de medios del 2023, para ejecutar el plan de medios
».
En la respuesta –a la que los periodistas debieron solicitar asesoría en derecho para obligar al funcionario a responder– la alcaldía distrital refiere:
«Contrato CD -07-2023 con Coopercom por 2.800 millones de pesos
».
Este seria otro chorro de dinero que ingresó a Coopercom, del cual los periodistas de Barranquilla no participaron ¿Cuántas sorpresas más deben esperar los periodistas?
–Lo que vamos a pedir a la fiscalía es que investigue: ¿Cuántos contratos por año benefician a Coopercom desde la Alcaldía Distrital? Esa es la pregunta que haremos desde la veeduría. Porque la secretaria de Comunicaciones reporta un presupuesto muy bajo, y en voz baja, Coopercom recibe otros contratos que se reparten entre los que manejan ese dinero. Y es mucha plata
– agrega otro periodista barranquillero de la Veeduría.
El gremio de periodistas independientes de Barranquilla señala con detalles dos situaciones: La falta de claridad en el manejo del dinero del erario en Coopercom y –por otro lado– el cambio en el estilo de vida de los dos señalados periodistas; Ricardo José Villa Pérez y Aldair Molina.
Una aguerrida periodista, vinculada con una organización de comunicadores anticorrupción fue más allá:
–Ricardo Villa era dueño del aprecio de muchos periodistas de la ciudad. Trabajador, sencillo, de origen humilde. Vivía de la pauta publicitaria que ahora administra a placer. Todos pensamos “si esa fortuna que ahora ostenta es lícita debe demostrarlo”. Eso lo estamos exigiendo sus amigos
–
Y agrega:
–Los contratos de la publicidad con Coopercom son una cosa. Otra bien diferente son los contratos de los periodistas capos con la alcaldía por “asesorías” en comunicaciones con la alcaldía. Algunos de ellos se han organizado y han creado “empresas” que acaparan los contratos para publicidad interna en la alcaldía. Contratos con secretarias como salud, movilidad, hacienda, educación, a través de pantallas ese vale mucho dinero. Por ejemplo, los contratos para transmisiones digitales en directo de las actividades del alcalde y los secretarios, los contratos de asesorías para producciones audiovisuales, los contratos de impresión de cartillas y documentos y otros más. Eso lo debe investigar la fiscalía porque Villa no aparece mencionado en ellos, pero en la Alcaldía todos saben que maneja todo desde su escritorio. Se dice incluso, que para esos contratos hacen trabajar a la nómina de la secretaria, pero los “capos” son los que cobran
.
Un viejo reportero radial, querido por las administraciones distritales de los últimos cuarenta años, por su tesón y profesionalismo, hoy se debate en la pobreza, asegura:
–Hay que aplaudir a las personas que progresan en la vida. Hay que ser justos en eso. Pero se admira mucho más a quien demuestra que ha progresado de manera transparente, con sudor y esfuerzos propios. Pero a Villa y Molina les cambio la vida desde que se vincularon a manejar los fondos de los periodistas en las pautas y programas de publicidad de la Alcaldía. Villa –en 12 años– salió de Rebolo –nació a una cuadra de la famosa “Casita de Paja”– a vivir al norte de Barranquilla. Hoy vive a cuerpo de rey en la calle 104 con la carrera 50, Villa Santos, estrato seis en Barranquilla, en una casa de tres niveles, con bar, seis habitaciones, cuarto de estudios, aire acondicionado central, garaje para cupos múltiples, zona de labores y otras comodidades. Hemos estado averiguando en la Superintendencia de Notariado y Registro y esta multimillonaria propiedad no aparece a su nombre, No tiene propiedades en el campo de bienes raíces. Eso lo debe dilucidar la fiscalía- dijo el veterano periodista quien se declaró “una víctima más” de la secretaria de comunicaciones.
–Es conocido y lo aprecio. ¡Pero no puedo vender mi conciencia periodística por un mendrugo de pan!
– aseguró.
Una de las periodistas indignadas que hoy forma parte de un colectivo de investigaciones dijo:
–Se sabe que Ricardo Villa tiene casas, apartamentos, edificios, un garaje, un bar, lavaderos de carros en donde suele reunirse con sus amigos, todo al norte de Barranquilla. Ninguna de estas propiedades está registrada a su nombre. Seguramente -pidamos a la fiscalía- que investigue si esto es cierto
– asegura.
¿Quieres saber cuánto se han robado los corruptos en los municipios del Atlántico?
Para que tengas idea de cuánto estadísticamente se han podido apropiar los corruptos en cada uno de los municipios del Atlántico desde el 1 de enero de 2024, haz click en el Bolton de abajo.
El caso Aldair Molina
El caso de Aldair Molina Mendoza es diferente, pero encaminado hacia el mismo sendero. No tiene antecedentes como periodista. Nunca ha empapado la camisa de sudor haciendo periodismo. Se sabe que nació en el barrio Carrizal, salió de la academia y llegó a hacer sus pasantías a Coopercom, en donde, fue asignado al departamento que maneja el dinero de la pauta publicitaria. Allí mostró sus habilidades, y no precisamente comunicacionales.
–Se alió con personas avezadas en la tramoya. Se hizo a amistades entrañables en la Alcaldía y la Gobernación, y resultó siendo un capo. Hace lo que quiere. Hasta cambió los estatutos de Coopercom y pavimentó el camino de las decisiones importantes hasta su cómodo escritorio. Se hizo a un grupito perverso y tiene muchas cosas que explicar a la ley
– dice un ex directivo de Coopercom.
Un periodista experimentado –de los fundadores de la Cooperativa– denuncia algo delicado.
–Nosotros funcionábamos en el centro de Barranquilla, en una oficina alquilada, edificio El Legado. Y deseábamos comprar nuestra propia sede. Organizamos un fondo de cooperación entre los socios para ahorrar y comprar la nueva sede. De nuestro sueldo en la cooperativa consignábamos una cuota, alta. Teníamos allí un dinero importante y -se dejó sentado en acta- que ese dinero iba a ser de destinación especifica, para pagar la nueva sede. Molina se hizo directivo y sacó -con maniobras ilegales- a toda la vieja directiva. Se mudaron a la calle 73 número 41B-39 y -sorpresa- se cargó toda la cuenta por esa nueva sede, a Coopercom. La platica ahorrada se esfumó.
Le preguntamos ¿Y el dinero ahorrado para esta compra?
Y contestó de manera déspota:
–Qué pena, se gastó en impuestos para un nuevo contrato
.
–Hoy día, el 98 por ciento de los directivos de Coopercom no son periodistas. Esos directivos, tienen enquistados allí a familiares, amantes, calanchines, compadres y los periodistas reales -afiliados- están amarrados a las decisiones de Molina. ¡Todo por la necesidad de la bendita pauta publicitaria!
– denunció la ex directiva de Coopercom al ser destituida.
La veeduría periodística investigó en la Superintendencia de Notariado y Registro a Aldair Molina Mendoza, y halló sorpresas:
En poco menos de cuatro años ya tiene registradas varias propiedades a su nombre, vehículos y cuentas. Y otras propiedades a nombre de su pareja sentimental, un funcionario de Coopercom.
Según el reporte de SNR, Aldair Molina Mendoza compró tres apartamentos:
-Calle 118 número 43-46, apartamento 601. Conjunto residencial Alameda del Rio. (Matricula 621556).
-Calle 114nùmero 43-204, conjunto Andarríos etapa 1 (matricula 602970)
-Calle 114 número 43-294, conjunto Andarríos, torre 6, piso ocho, apartamento 804. (matricula 620169).
Este registro no menciona dos vehículos y una casa. Uno de los carros -último modelo- propiedad de su pareja afectiva, quien labora en la misma cooperativa.
Espere próxima entre entrega.