Se trata del concejal del municipio de Calarcá, Quindío, por el partido Alianza Social Independiente (ASI), Gustavo Adolfo Herrera Zapata, detenido este domingo por la Sijín de la Policía durante el transcurso de la jornada electoral que se desarrollaba en el corregimiento de Barcelona.

El concejal Herrera fue sorprendido, según indican las primeras versiones, con una fuerte suma de dinero en efectivo en su poder y varias listas de nombres donde se indicaba claramente el pago a los electores.

Una situación que se multiplicó a lo largo y ancho del país durante la jornada electoral y que ayudó a las maquinarias a sostenerse en el poder, pero que las autoridades no fueron capaces de controlar.

Gustavo Adolfo Herrera Zapata

En este caso, la policía presume que el concejal le estaría indicando a las personas por quién tenían que votar y de inmediato los votantes se dirigían a sus puestos de votación. A Herrera Zapata se le imputará el delito de corrupción al sufragante.

La secretaria del Interior del Quindío, Magda Inés Montoya, informó que se presentó «una situación con un concejal de Calarcá que se encuentra en judicialización de su captura».

Este lunes será la audiencia de legalización de captura contra el concejal Gustavo Adolfo Herrera.

Además de este caso, la Misión de Observación Electoral (MOE) en Quindío recibió 14 denuncias por temas relacionados con publicidad política, presuntas irregularidades en la entrega del tarjetón y compra de votos en varios municipios del departamento.

No puedo ir porque vendí el voto

Esta historia es real, le sucedió a la cuñada de unos de nuestros periodista. Desde inicio de año, ella estaba buscando niñera para su hija de 3 años y solo una semana antes de elecciones, una amiga le recomendó la hermana de la mujer que cuida de sus dos pequeños.

La cuñada de nuestro periodista la contactó por teléfono pues la muchacha vive en un municipio de la ribera del río Magdalena, y acordaron que llegaba a trabajar el sábado 12 de marzo a Barranquilla.

Pero el sábado la muchacha llamó a decir sin ninguna vergüenza ni pudor, para ella era algo normal seguramente, que no podía llegar ese fin de semana porque había vendido el voto y tenía ese compromiso para el domingo 13 de octubre, entonces se comprometía a llegar el lunes.

Y, sin temor a equivocarnos, eso sucedió como algo normal en la mayoría de los municipios de nuestra costa atlántica. Es lo que Maquiavelo llamaba la verdad efectiva de la cosa.

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