Por: Jan Slodvak

 

El ex candidato a la Presidencia German Vargas Lleras, líder de la cuestionada agrupación política Cambio Radical, amenazó al congresista Luis Eduardo Diaz Granados con un vengativo “ahora voy por ti” por la felonía de este último y Arturo Char de desafiar los lineamientos dados en el sentido de no presentarse a votar el Plan Nacional de Desarrollo.

No se trata de un acto de decencia de Vargas, conocido por la amplia mermelada recibida en su paso por el gobierno de Juan Manuel Santos en donde le dieron ministerios, uno de ellos, de Vivienda y Territorio con Elsa Noguera y después un breve paso -no alcanzó a sentarse- del candidato a la Alcaldía de Barranquilla desde hace 7 años Jaime Pumarejo. A Natalia Abello le dieron el de Obras e Infraestructura con lo que uno podría sospechar que salieron bien servidos, tanta Vargas Lleras como los Char, en el ágape de reparticiones.

Más allá de las especulaciones en donde algunos ven al hegemónico Alex Char como candidato a la Presidencia –como si no existieran otros partidos, y tendencias políticas- en medio de la fricción Vargas Lleras-Char lo que se percibe tras la reyerta es la desaforada vocación burocrática y de arreglos con el gobierno de Cambio Radical ante las que no se sienten cómodos los Char, una familia sin ideario filosófico o político, excepto los beneficios del orden económico, y lo que se muestra son los rescoldos finales de un aparato de corrupción que proviene desde el gobierno Santos y trata de reacomodarse en un sálvense quien pueda en el gobierno de Duque.

El anatema Vargasllerista sobre Díaz Granados apunta a la parte más endeble de la maquinaria. No pretende cobrar una pieza por los lados de Arturo Char o de su hermano Alex, con tantas investigaciones represadas en Fiscalía y Procuraduría. No. Va por Díaz Granados, hijo de un antiguo ejecutivo del grupo Char y que fue, vean la índole de su actividad legislativa, el segundo mayor ausentista en el Congreso de la República en el periodo 2014-2018 después del campeón líder del Partido Conservador David Barguil.

En efecto, Luis Eduardo Díaz Granados tuvo la bicoca de 60 inasistencias, recibiendo por ello $62.663.646 millones que equivalen a 75.5 salarios mínimos. Más abajo en el ranking de ausentistas, va Arturo Char. En otras palabras, Díaz Granados es un senador que se encuentra allí para cubrir curul, ejercer el derecho al voto y al veto según las conveniencias y con nulo compromiso con la actividad legislativa.

El punto flaco, por donde empezó a atacarlo Vargas Lleras es por la llamada Operación Quirófano, una colosal estafa al estado en donde estuvo involucrada la Caja de Compensación Familiar Cajacopi (de pequeños industriales) en donde la esposa de Díaz Granados, María Margarita Amaris, era la gerente. Esta caja de compensación viene de tumbo de tumbo desde hace años por malos manejos directivos. Baste decir que en sus operaciones permanentes se encuentran diversos conflictos de interés, de lo que basta citar un ejemplo: le vendieron a la organización Olímpica la sede de la Unión Española y en su lugar construyeron unas instalaciones detrás del hotel El Prado a cargo de la empresa Santo Toribio Constructora entre cuyos accionistas principales se encuentra José Alberto Escaff, que a su vez es miembro del Consejo Directivo de la Caja. Más claro: un directivo de la entidad contrató con una empresa suya la construcción del nuevo edificio. Yo con yo.

La Operación Quirófano desarrollada por la Fiscalía parte de un hecho fundamental que es la corrupción dentro del sector salud, con casos como los carteles de la hemofilia y el Sida. Peor aún, se trata de toda una tramoya dentro de la Superintendencia de Salud en el lapso de 2016-2017 involucrando a cuatro funcionarios de esta entidad, incluyendo a Eva Katherine Carrascal, quien fue delegada para la Vigilancia Institucional. La Fiscalía compulsó copias a la Corte Suprema de Justicia para investigar al senador Luis Eduardo Díaz Granados, sector charista de Cambio Radical y el ex representante a la Cámara Cristóbal Rodríguez del Partido de la U. Según el Fiscal Martínez Neira: “Carrascal y varios exdirectivos y entidades vinculadas con entidades de salud, habrían interferido en la toma de decisiones administrativas para favorecer presuntamente a empresas del sector salud”.

La operación ilegal, según la Fiscalía, se debió a que se “agilizaron pagos de dinero que eran adeudados por EPS como Cafesalud y entidades territoriales”. Igualmente presentaban “trámites de inspección y vigilancia o de carácter financiero de EPS y cajas de compensación al grupo de particulares que integraban esta red y quienes terminaban asesorando a los vigilados.

Según el Fiscal general, la red incidía en los trámites de reorganización para la toma de decisiones en el “ente de control favoreciendo las EPS y las cajas de compensación” y, lo más complejo, es que facilitaban “el incremento de población afiliada a las EPS, con lo que aumentaban los ingresos por compensación por parte del Estado”.

Las investigaciones adelantadas por el ente acusador permitieron determinar a través de copiosa prueba documental y más de 500 audios que para el 2016 la entonces superintendente delegada para la supervisión institucional de la Supersalud, Eva Katherine Carrascal Cantillo, habría utilizado su cargo para favorecer a entidades promotoras de salud (EPS) y cajas de compensación, a cambio coimas recibidas mensualmente a través de cheques y en efectivo, e incluso habría obtenido una participación accionaria en una EPS.

A través del material probatorio recopilado se pudo establecer que presuntamente Carrascal Cantillo y varios exdirectivos y funcionarios de distintas instituciones vinculadas con el sistema de salud, además de funcionarios del Estado de la rama ejecutiva y legislativa del poder público habrían interferido en la toma de decisiones administrativas para supuestamente favorecer empresas del sector.

Los análisis adelantados por los investigadores demostrarían como durante el segundo semestre de 2016 y todo el 2017, esta red habría permeado la administración de salud en Colombia mediante el acceso a información oficial privilegiada y el direccionamiento de trámites administrativos que cursaban en la Superintendencia.

Las irregularidades que se habrían cometido son:

  • Agilizar pagos de dinero que eran adeudados por EPS como Cafesalud y entidades territoriales.
  • Proporcionar información sobre trámites de inspección y vigilancia o de carácter financiero de EPS y cajas de compensación al grupo de particulares que integraban esta red y quienes terminaban asesorando a los sujetos vigilados.
  • Incidir en los trámites de reorganización para la toma de decisiones en el ente de control favoreciendo las EPS y las cajas de compensación.
  • Facilitar el incremento de población afiliada a las EPS en distintas zonas del territorio nacional con lo que aumentaban los ingresos por compensación por parte del Estado.

Capturados:

  • Eva Katherine Carrascal Cantillo, ex Superintendente Delegada para la Supervisión Institucional de la Superintendencia Nacional de Salud.
  • Guillermo Enrique Grosso Sandoval, fue agente interventor de Saludcoop EPS, luego presidente de Cafesalud EPS y actualmente tiene negocios particulares vinculados integralmente a la salud.
  • Jhon Alexander Colmenares Russi, habría administrado varias IPS y además manejaba los negocios de Grosso Sandoval.
  • Javier Peña Ramírez, actualmente se desempeña como director médico nacional de Cajacopi EPS (Barranquilla).

 

INVESTIGADOS DELITOS
 

 

Eva Katherine Carrascal Cantillo

Concierto para delinquir.

Cohecho propio.

Cohecho impropio.

Prevaricato por omisión.

Utilización  indebida de información oficial privilegiada.

Asesoramiento y otras actuaciones ilegales

Falsedad en documento privado.

Guillermo Enrique Grosso Sandoval Concierto para delinquir.

Cohecho por dar u ofrecer.

Javier Peña Ramírez Concierto para delinquir.

Cohecho por dar u ofrecer.

 

Jhon Alexander Colmenares Russi

Concierto para delinquir.

Cohecho por dar u ofrecer.

 

Por su parte del Procurador Fernando Carrillo sostuvo el 30 de octubre de 2018 que se evaluarán las pruebas de la Fiscalía contra los congresistas Luis Eduardo Díaz-Granados Torres y Cristóbal Rodríguez, quienes serán investigados por la Corte Suprema de Justicia, ante las copias que compulsó el ente acusador en la investigación de la “Operación Quirófano”. La gerente de Cajacopi, esposa de Díaz Granados se retiró de la posición tras el escándalo nacional.

Este es el caso que tiene Vargas Lleras en la mira para cobrarse la afrenta a su honor político mancillado y de paso enviar un mensaje —vía Fiscal General o de las Cortes— a los que osen disputarle su jefatura en Cambio Radical.

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